jueves, octubre 28, 2004

Luna eclipasada en mí.

Asomada y resplandeciente, cubriendo el cielo en su totalidad me nombraste, acudía a tu llamado, a pesar de la rutina transcurrida, del dolor de cabeza, del estrés y ocupaciones, ante tu sonido no puedo resistirme, una parte interna de mi ser me llamaba con tu voz….
Y sin precipitarme, pintaste mi camino de azul y a ti me llevaste, no sé cuantos minutos, horas te acompañe, nos acompañamos, sólo se que en ese tiempo me robaste por completo, me acariciaste con el aire, me enseñaste de lo oculto de la vida, me transportaste a los recuerdos con tu tono rojizo, me enseñaste de la calma, me contaste al oído, y me relajaste en tus brazos…

Acudiste quizá en le momento más oportuno, tal vez a mi limite de lo que sólo tu escuchas que pide mi interior, me hablaste de cómo somos los seres humanos y en tus formas me lo planteaste, ocultos, lucidos, resplandecientes, a medias, iniciativos…. ya mi me colocaste en la forma y sitio preciso…

…hoy que ya te ocultaste te agradezco esta noche que estuviste conmigo, y te cuento que tu luz anoche me llevo por la conciliación precisa para el mejor de los sueños, que tu forma se adaptó tanto a mi cuerpo que recibí por completo tu energía y tu color azul me dejo más nueva desde este día.

LUNAZUL

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