Ayer leyendo una canción (si leyendo por que fue provocado por otro blog) “sin tu latido”…sentí el ramalazo que puede retomar una cicatriz…de años atrás…pero finalmente cicatriz…ya pasado….pero de esas que con ningún ungüento mágico se borran…
…y en la realidad así es…en mis años de (más) locura… marque las iniciales de su nombre en la piel, no con un tatuaje…tan sólo con el empeño de un exacto y un mano terca…pero hasta esta fecha sigue ahí…a veces olvidada…otras tantas provocando recelo….otras pensando en el futuro a sabiendas de que me ha de acompañar…algunas horas me invade toda la piel y provoca que presencie un rechazo de la actualidad…..he imaginado…y cuándo me embarace…y crezca mi panza…y mi marido junto…a ver qué comentario surgirá cuando este a punto de un ultrasonido….es del pasado….ahora tengo otra vida…y el protagonista de esta historia de la cicatriz ya no está, pero ciertamente…nunca lo he negado…se le guarda..en un lugar recóndito de mi corazón…fue enorme…a veces parecía eterno…inocente… fuerte…fue mi primer amor…pero no fue azul….y a su final también fue obsesivo, enfermo…una vaivén y dolió……y se transformo en un silencio….en sueños que son los que reviven y refuerzan el recuerdo…y evocan esa sonrisa con aquel nombre…
Hoy…ya pasaron cerca de 5 años…se borro el rencor y todo sentimiento negativo en mí….estoy feliz y azul…con una nueva vida…con un hombre alimentando día a día mi corazón y viceversa…creciendo…y formando un camino donde cada huella que hemos ido dejando ha sido azul!...y seguimos en el andar…
Ahora sólo me pregunto…por el pasado…a veces si llega de visita la curiosidad por esa persona que fue parte de uno…y hoy se le ignora su fin por completo…pareciera que aún nos evitamos…que el destino aún no nos ha visualizado…sin embargo aún sueño con esta frase….” Te sentaste y ordenaste un café sin querer y casi sin sentir nuestras miradas se tocaron y hablaron tanto…”…
Y hoy además de que por la canción…comparto esto…porque sé que hay quienes visitan este blog y me vivieron en esos tiempos…y entonces palparon como el corazón se transforma…se cura y renace…y el amor vuelve a surgir y real, más rojo y con tonos nuevos…pero ahora con un antecedente que te hace más capaz de amar…más experto en ese arte…no en balde…dicen que “echando a perder se aprende”…así que animo porque seguramente viene pronto ese alguien que te hará decir….si antes ame, cómo le llamo a esto que es aún más intenso y vivo!....
Y aunque seguro ya los maree ahí les dejo un poema con el que noches atrás…tantas veces oí de esa voz…antes de dormir…y quizá en ese entonces ni soñábamos con que nos fuera a ser tan real….lo dejo.. aunque seguro ya lo conocen…
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Como no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo, sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero talvez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como está la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los último versos que yo le escribo.
Pablo Neruda.